Plan de Renovación Los Yoses

San José y Montes de Oca, 2009

El Barrio Los Yoses se ubica al este de San José, sobresale por su abrupta topografía, visuales hacia las montañas sur del Valle Central y su riqueza arquitectónica de “estilo internacional”, al tiempo que alberga la Corte Interamericana de Derechos Humanos y varias embajadas.

El plan fomenta el uso peatonal y se estructura por medio de 25 acupunturas urbanas descritas a continuación.

La nomenclatura de la red vial conserva la existente (avenidas: Simón Bolívar y José Martí), muestra los valores históricos (“Calle 1947” y “Calle Yos” -fundación y árbol que da nombre al barrio), evidencia sitios únicos en Costa Rica presentes en el barrio (como la CIDH) y se abre a nomenclatura propuesta en los talleres participativos con la comunidad.

Los dos paseos peatonales (Los Yoses y Fatima) configuran una “L” en planta. El primero reconstruye la calle paralela a la Avenida Central con adoquines a altura de la acera y se disfruta en horas de la noche con mesas en las afueras de los restaurantes y cafeterías.

El segundo continúa hacia el sur, ensancha la acera oeste y se vincula con la Iglesia Nuestra Señora de Fátima.

Durante el recorrido se ubican “puntos de arte público” y “microfloristerías”. A su vez, los paseos se arbolizan y en la intersección se coloca el “punto de información turística”.

Las microplazas son ensanchamientos de aceras que generan encuentros sociales. Éstas se desarrollan a lo largo de una manzana o en esquinas y contienen un árbol que genera sombra y una luminaria de baja altura que promueve la integración social en la noche.

Las microplazas incluyen bancas de concreto cilíndricas que permiten sentarse mirando hacia cualquier dirección, propiciando el diálogo con la persona que se encuentre en la banca adjunta. A estas bancas se adiciona un cilindro de mayor radio que alberga el árbol, con una altura propicia para sentarse.

La homogenización de aceras fomenta la continuidad de superficie para facilitar el tránsito de: niños, ancianos, sillas de ruedas, cochecitos de bebé y en general de todos los usuarios.

El puente peatonal mejora el flujo de la gente en las cercanías de la Rotonda de la Hispanidad, pasa sobre la Avenida Central y se fuga hacia el “Paseo Fátima”.

Dos ciclovías -adjuntas al “Paseo Fátima” y a la autopista de circunvalación propiciar este tipo de movilidad.

El mejoramiento de la red vial incluye un levantamiento de ubicación de baches según sus diámetros. La propuesta es llenarlos con círculos de concreto.

La limpieza visual compacta la rotulación comercial ubicada sobre las avenidas Central y Simón Bolívar. Se proponen rótulos pequeños (dirigidos al peatón) que no sobresalgan de las edificaciones.

Las cafeterías con terraza fortalecen la cohesión social, aumenta la seguridad ciudadana y el crecimiento comercial. Las paradas de buses amplían y mejoran las existentes. La principal se coloca sobre la Av. Central, sube el nivel de piso y sus asientos cilíndricos generan comodidad a quienes esperan (pueden colocarse paraguas o una bolsa de supermercado adjuntos). Las cubiertas remiten a la arquitectura del lugar y se iluminan para mayor seguridad. La luz es autosostenible, gracias a paneles solares.

Los puntos de vigilancia son obras de arte conocidas como “linternas urbanas” que generan seguridad y se encuentran en el sector noreste. Para su diseño se propone organizar un concurso dirigido a diseñadores, artistas y arquitectos.

El punto de información turística se ubica en el cruce entre Paseo Los Yoses y Paseo Fátima donde se coloca un mapa con información histórica del lugar.

Los puntos de reciclaje fortalecen el programa actual de reciclaje llevado adelante por la asociación de vecinos.

Los puntos de microcomercio promueven el desarrollo de microempresas en la zona y se esbozan dos tipos: para libros, revistas y periódicos, y para floristerías. Los puntos de arte público enriquecen la cultura y son “apadrinados” por una embajada, institución o museo. Cada entidad coloca una pieza de arte contemporáneo, generando así una pluralidad de enfoques artísticos. Éstos se colocan en: paseos peatonales (arte de gran formato), parques (arte utilitario para niñas y niños) y “microislas” en las aceras (arte de pequeño formato).

El uso de suelo fomenta el uso mixto en las manzanas del sector norte. El plan de renovación consolida una planta baja de comercios, servicios y restaurantes y plantas superiores con viviendas para la clase media, apartamentos para estudiantes y oficinas. Por la topografía del barrio se plantea en las fachadas hacia el Paseo Fátima.

Las dos obras emblemáticas del barrio son: la Casa Maroto (1953), del arq. Enrique Maroto y la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima (1969), donde se propone colocar unas placas informativas.

La cromática del barrio es blanca y tiene el potencial de conocerse como el “barrio blanco de Costa Rica”. Por lenguaje arquitectónico, por lectura visual colectiva y por estética urbana, se retoma el blanco en la mayor cantidad de propiedades posibles. Asimismo, se incluye en las arboledas que tamizan las fachadas blancas.

La iluminación se promueve de baja altura en el espacio público.

La nueva volumetría impulsa el crecimiento vertical en el Paseo Los Yoses y en el norte del Paseo Fátima. Esta se financia con inversión privada y son bloques que genera compactación y mixtura urbana.
Las arboledas son parte del paisajismo de tres escalas: mayor (arboledas y corredor biológico), media (parques) y menor (amplificadores vegetales).

Los parques son tres, uno existente y dos nuevos al sur del barrio. Todos promueven la recreación y el encuentro, al tiempo que incluyen playgrounds para niñas y niños y un “microanfiteatro”.

Los amplificadores vegetales se dividen en: totales y parciales. Ambos enriquecen el paisajismo de superficie y el de baja altura. Los totales recubren las rejas y los parciales son “islas verdes” en las aceras.
El microcorredor biológico Ocloro se ubica al sur, a lo largo del Río Ocloro. Este protege los ecosistemas y consolida los procesos ecológicos.

Los playgrouds crean “atmósferas urbanas” para lo niños y son territorios lúdicos dentro de los parques. La esencia consiste en crear sectores protegidos para que jueguen los infantes, por lo que contienen superficies con arena y zacate.

En la textura arenosa se colocan bancas cilíndricas tanto para las chicas y chicos, como para sus acompañantes. En el zacate hay una serie de módulos semicilíndricos que invitan a los menores a crear “mundos imaginarios”. Estos espacios sugieren el contacto con la naturaleza y fomentan el desarrollo sensorial y la interacción social.

Créditos

Coordinador del plan: Asociación de Vecinos Barrio Los Yoses
Entidades colaboradoras: Embajada de Chile e Instituto de México
Directores del plan: Luis Diego Barahona y Eugenia Solís
Diseño urbano y arquitectónico: Luis Diego Barahona
Gestión urbana: Eugenia Solís
Asistentes de diseño arquitectónico: Laura Avilés, Angie Garita y Selni Hernández
Colaboradores: Paola Aguilar, Lucía Artavia, Laura Bolaños, Selni Hernández, Jaime Jiménez, Mariana Madriz, Jeannina Moya, Edgar Quirós, Luis Diego Salas, Luis Salazar, Daniela Schmith, María de Nazareth Soto, Alejandra Ulloa, Federico Valvarde, Karina Vindas y Mario Young.
Fotografías: Oscar Abarca y Luis Diego Barahona
Área: 65ha.

San José,
Costa Rica.

(506) 22800670
info@ldbarquitectura.com

2023

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